
De aquel excéntrico cantante de cabello rizado largo, muchas sortijas, pulseras, pantalones ceñidos al cuerpo y su siempre estilo rockero, queda muy poco. Una serenidad y paz absoluta acompañan al cantante Wilkins. Él le llama transformación.
Y no es que de la noche a la mañana el cantante y compositor haya decidido enterrar al “Divino Rockmántico”, apodo que se ganó por su estilo visionario de interpretar la balada y el rock, permitiéndole así más de 40 años en el mundo musical. Sino todo lo contrario, Wilkins dice vivir un renacer que completó cuando en octubre del 2011 estuvo a punto de quedar cuadripléjico a causa de una bacteria alojada en su espina dorsal.
Una operación de emergencia, verse inmóvil en una cama con una “armadura especial” (tipo chaleco para su tratamiento médico), volver a caminar a pasos lentos y ser cuidadoso con sus movimientos recogen en parte el proceso de “mi renacimiento luego de más de un año y nueve meses”.
“Mi trasformación ha sido interna. Aprecio la vida de otra manera. Agradezco cada cosa que sucede. Ahora vivo de instante en instante; que la magia del instante sea la que me mueva. No permito que la industria me dicte las pautas” , revela el artista mientras toma el café mañanero luego de ejercitarse como parte de su rutina de recuperación a plenitud.
Cuando repasa las batallas personales que le ha tocado enfrentar, tres palabras salen de su boca “soy un guerrero”.
Wilkins le ha tocado ser “guerrero”
Tras los fuertes golpes que le ha dado la vida, incluyendo perder a su hermana y a su padre, se ha fortalecido
“Todos somos guerreros. A todos nos llegan accidentes y golpes. Me ha tocado tener una armadura diferente a la de mi chaleco cuando la operación y la de la vida que es una protección. Todos estos años de vida, los momentos difíciles, mis grandes pérdidas han contribuido a mi renacer. Me siento mucho mejor que antes. Lo afirmo porque he vivido tantas cosas difíciles que hoy le agradezco a la vida por cada una de ellas”, sostiene el cantante que asegura que pese a la cercanía con la muerte nunca ha perdido la fe.
Fue mediante su reciente “calvario” que, asegura, experimentó el dolor en carne propia de sus pérdidas anteriores: las partidas físicas de su hijo Gabriel, su hermana Bruni Vélez y su padre Germán Vélez. Aclara que no es que no haya sufrido las muertes de sus seres amados. Al contario, la condición que lo postró por casi nueve meses le permitió comprender el dolor y la muerte de su familia cercana.
“Mediante mi dolor comprendí en carne propia el dolor de ellos en su momento. No fue hasta que me tocó a mí que me di cuenta que cada uno viene en la vida a cargar su cruz y el verdadero significado de esa cruz. No podemos tener apegos, hay que darse como ser humano. Esa es la grandeza de vivir”, menciona el cantante que cuenta con más de 45 producciones discográficas grabadas en diferentes idiomas.
A Wilkins se la hace más cómodo hablar de su condición y recuperación que de las muertes de su seres queridos. De hecho, cuando lo hace su timbre de voz disminuye, pero igual recuerda a su hijo y única hermana con una sonrisa.
La recordada reportera batalló hasta el último momento contra la condición de esclerosis lateral amiotrófica en el 2006. Mientras que su hijo mayor falleció en el 1994 a los 20 años de edad tras ser operado de un tumor cerebral.
Hay padres que ante la muerte de un hijo, experimentan una muerte emocional. ¿Esto fue tu caso?
“No morí emocionalmente. Con la pérdida de mi hijo aunque viví la angustia, el sufrimiento… no morí. Luego vino la muerte de Bruni, la de mi padre y me fui fortaleciendo en lugar de debilitarme y agradecí la presencia de ellos en mi vida. A mi hijo lo recuerdo de la forma que era conmigo, lo especial que fue con toda la familia. Eso me sucede con Bruni; solo pienso en los buenos momentos”.
Pero, ¿qué le dices a quien en estos momentos esté atravesando por la muerte de un hijo o una enfermedad terminal? ¿Cómo se maneja ese dolor?
“Se maneja con amor y después viene la comprensión. Es recordar los momentos felices. Con mi experiencia, me di cuenta que con el tiempo puedes comprender la muerte real y la psicológica con la que lucho y luchamos todos. Hay tanta gente sufriendo por enfermedad o peor, por soledad. Solo cultivando el lado espiritual se consigue entender que todos debemos estar listos para la muerte. Es inevitable”.
Siempre espiritual
Precisamente, una de las constantes en la vida del cantante es que nunca ha ocultado su fe. Tanto así que contra las directrices de una disquera lanzó en la década del 1970 el tema Cómo no creer en Dios. Para él, la fe no solo se vive en sí sino que es necesaria promoverla.
“Tienes que sentir la presencia de lo que es la fe que te mueve. Siempre tuve esa inquietud. Por eso llegó en los 70 esa canción. Recuerdo que la disquera no la quería y dije ‘la pongo en el LP del otro lado del disco’ y eso fue un éxito. Después, dentro de cada uno de mis discos he llevado el mensaje”, narra sentado en la mesa del comedor de la casa que también es su oficina.
Tal cual museo de memorabilia, Wilkins atesora en el hogar muchos de los recuerdos de su carrera. Desde fotos con el amplio afro que exhibió en las décadas del 70 y 80, información de su línea de vinos “Medioevo by Wilkins” y fotos de las funciones del 2007 del espectáculo Wilkins Respiraré: El Último Concierto en el que anunciaba que se retiraba de los escenarios en el 2007.
Ahora retomará su carrera el 20 de octubre en el Coliseo de Puerto Rico, acompañado de la Orquesta Filarmónica. De esa noche, adelanta, que interpretará el nuevo tema inspirado en la oración del Padre Nuestro, titulado Así en la tierra como en el cielo.
“Tengo la esperanza de que este tema sea aliento para tanta gente que se sufre. Que el mensaje ayude a aliviar ese dolor”, acota el cantante previo a culminar su taza de café, respirar profundo y sonreír por la plática.
Por Damaris Hernández Mercado / El Nuevo Dia